Sostenibilidad: El problema del agua
El cambio climático es uno de los principales enemigos del agua y la previsión es que sus efectos se agudicen en las próximas décadas: más calor y menos precipitaciones. ¿La consecuencia? La evaporación de agua.
Además, según la ONU, en 2100 habrá un 50% más de incendios forestales en el mundo, lo que acelerará y agravará los procesos de desertificación.
La gestión ineficaz de los escasos recursos hídricos empeora una situación que ya es crítica debido a múltiples factores, como:
- Sobreexplotación de recursos hídricos, con regadíos sobredimensionados, derroche en espacios de ocio como los campos de golf o los parques acuáticos, o adopción de cultivos exóticos.
- El exceso de embalses provoca la segmentación de los ríos. España es el país europeo con mayor número de grandes presas: más de 1.200.
- La mitad del agua bombeada de los acuíferos se extrae ilegalmente. Se han perforado más de un millón de pozos ilegales (equivalente al consumo de 118 millones de personas).
- Los trasvases están provocando desastres medioambientales, como es el caso del impacto del acueducto Tajo-Segura en el Mar Menor. La mayor laguna de agua salada de Europa está siendo envenenada por los vertidos de la agricultura industrial.
La buena noticia es que hemos mejorado algo gracias a las campañas de concienciación, la mejora en la red de distribución y la mayor eficiencia de los electrodomésticos. En los últimos 20 años hemos reducido el consumo doméstico en España, desde los 164 litros de 2002 por habitante a los 133, según datos del INE. Es decir: 31 litros menos. La media europea fue de 147 en 2017. De entre las cinco mayores ciudades, Zaragoza es la que mejor se porta, en la barrera de los 100 litros. Esto es lo que la OCDE considera más que suficiente para las necesidades domésticas básicas.
Vivir con agua escasa, contaminada y mal gestionada tiene efectos devastadores en la salud del planeta.
- Estamos matando la biodiversidad de espacios como los humedales.
- La contaminación, la introducción de especies invasoras y las infraestructuras amenazan a todas las especies de peces autóctonos de nuestros ríos y a los anfibios.
- La situación de los insectos, hongos o bacterias también preocupa, y son seres vivos claves para la depuración del agua. Al estar cada vez más contaminada, mueren. Los peces se quedan entonces sin alimento y el río sin capacidad de auto depurarse.
- La flora corre peligro, con masas forestales cada vez más vulnerables a los incendios y las enfermedades.