Cultivos agrovoltáicos: un paso más allá

Según un estudio del 2019 de la publicación científica Nature, sólo usando el 1% de los terrenos cultivables existentes en estos momentos para la instalación de placas fotovoltaicas, se lograría suficiente energía para compensar la demanda global. Es por eso que, en los últimos años, con la proliferación de las energías renovables y el autoabastecimiento, haya tomado fuerza un concepto hasta ahora inimaginable: la “agrovoltáica”, simbiosis entre la ganadería y agricultura con la generación fotovoltaica, sus paneles y placas.

La idea es muy simple: poder utilizar el mismo espacio para el cultivo o el ganado, que el que se usa para instalar las placas solares. La manera de hacerlo: mediante soportes que eleven los paneles a una altura suficiente para permitir el cuidado de los animales o las plantaciones. Con unos cinco metros se permitiría el paso de tractores y demás máquinas por debajo para hacer la recolección de los cultivos.

Además de la evidente ventaja del aprovechamiento del terreno, esta técnica ayudaría de manera considerable a la lucha contra el cambio climático que todos los países estamos llevando a cabo, reduciendo el consumo de combustibles fósiles al aumentar el uso de los renovables. La proyección de sombra de las placas sería perfecta para que la ganadería pudiera soportar el calor en los meses más duros, además de limitar la evaporación de agua de los cultivos que, al mismo tiempo, refrescarían los paneles. Un “win-win” perfecto.

El problema de que la falta de luz pueda afectar a los cultivos se solventa con la movilidad de los módulos, pudiendo ser orientados a distancia, programados o incluso con software de seguimiento del sol.

Este tipo de proyectos ya se pueden encontrar en Alemania, China o Estados Unidos. En España ya se están realizando los primeros estudios en Mérida y Aranda del Duero.

 

 

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